que nos está gustando muchísimo:
"CUPIDO 13"
DATOS DEL LIBRO:
Autor: RICARDO MARIÑO
Editorial: ALFAGUARA INFANTIL
Ilustraciones: POLY BERNATENE
Y AQUÍ VA...
CAPÍTULO 5
"EL PRIMER FLECHAZO".
La dirección de la Escuela de Ángeles Cupidos asignó a Hitoshi un parque en la ciudad de Buenos Aires llamado "Centenario". Hacia allí voló Hitoshi el lunes, ansioso por empezar a flechar corazones. Cargaba su mochila llena de herramientas e instrumentos que usan los ángeles en sus tareas.
El Parque Centenario era un gran espacio circular, con un lago artificial en el centro. La mayoría de la gente hacía gimnasia en los canteros y corría por la vereda exterior. Algunos viejitos permanecían sentados a la sombra, alrededor del lago, dándoles granos de maíz a las palomas, y en las hamacas y toboganes había chicos con sus mamás. Los árboles eran muy altos y había algunos vendedores de sándwiches y refrescos. Era un hermoso día, el mejor para empezar un trabajo como el que tenía que hacer Hitoshi.
Dispuesto a comenzar su tarea sacó el arco y una flecha de su mochila, pero de pronto lo invadió una gran inseguridad. ¿Cómo hacer blanco en la gente que va corriendo?¿Y si hacía las cosas mal? ¿Y si gastaba todas las flechas sin dar en el blanco ni una sola vez? ¿Cómo era que se elegía a las personas?
¡Increíble! Hasta el día anterior tenía todo claro y ahora no recordaba nada. Se había recibido con las mejores calificaciones pero en el momento de llevar sus conocimientos a la práctica parecía que jamás hubiera pasado por una Escuela de Cupidos.
¡Increíble! Hasta el día anterior tenía todo claro y ahora no recordaba nada. Se había recibido con las mejores calificaciones pero en el momento de llevar sus conocimientos a la práctica parecía que jamás hubiera pasado por una Escuela de Cupidos.
Para tranquilizarse un poco decidió sentarse sobre la rama de un árbol y esperar. Tampoco había necesidad de empezar a tirar flechas aquí y allá, desesperadamente.
Poco después Hitoshi reparó en un hombre que parecía apesumbrado. Estaba sentado en un banco y sostenía su cara con las manos, mientras miraba fijamente , como si no pudiera apartar de su mente un pensamiento triste.
(...)
Hitoshi... se dispuso a flecharlo. Extendió el arco, colocó una flecha, apuntó y soltó la cuerda...
La flecha voló en línea recta pero ¡pasó rozando la espalda del señor! Y fue a parar al puesto de comida que estaba unos metros más allá, donde se clavó en una milanesa.
Hitoshi tomó otra flecha y trató de apuntar mejor. Esta vez, por suerte, la flecha voló directamente hacia el pecho del hombre y se clavó en su corazón.
(...)
El hombre se paró de golpe con una espléndida sonrisa dibujada en su cara y los ojos llenos de entusiasmo.
"Qué lindo es este trabajo", -se dijo Hitoshi-. "Parece mentira, ese hombre estaba triste y ahora es feliz. Sólo me falta encontrar a la mujer indicada para él".
Pero se equivocaba.
Con pasos rítmicos, como si bailara un vals, el hombre se dirigió al puesto de milanesas y le señaló una al vendedor. La pagó y, para espanto de Hitoshi, que siguió la escena aleteando sobre su hombro, la llevó a pasear por el parque....
CONTINUARÁ...
EN LA PRÓXIMA CLASE DE LITERATURA...