lunes, 7 de abril de 2014

¡A LEER!

Front CoverTe invito a leer un fragmento  de una novela
que nos está gustando muchísimo:

"CUPIDO 13"


DATOS DEL LIBRO:
Autor: RICARDO MARIÑO
Editorial: ALFAGUARA INFANTIL
Ilustraciones: POLY BERNATENE

Y AQUÍ VA...


CAPÍTULO 5

"EL PRIMER FLECHAZO".

        La dirección de la Escuela de Ángeles Cupidos asignó a Hitoshi un parque en la ciudad de Buenos Aires llamado "Centenario". Hacia allí voló Hitoshi el lunes, ansioso por empezar a flechar  corazones. Cargaba su mochila  llena de herramientas e instrumentos  que usan los ángeles en sus tareas.
        El Parque Centenario era un gran espacio circular, con un lago artificial en el centro. La mayoría de  la gente hacía gimnasia  en los canteros y corría por la vereda exterior.  Algunos viejitos  permanecían sentados a la sombra, alrededor del lago, dándoles granos de maíz a las palomas, y en las hamacas y toboganes había chicos con sus mamás.  Los árboles  eran muy altos y había algunos vendedores de sándwiches  y refrescos.  Era un hermoso día, el mejor para  empezar un trabajo  como el que tenía que hacer Hitoshi. 
        Dispuesto  a comenzar su tarea sacó el arco y una flecha  de su mochila, pero de pronto lo invadió una gran inseguridad. ¿Cómo hacer blanco en la gente que va corriendo?¿Y si hacía las cosas mal? ¿Y si gastaba todas las flechas sin dar en el blanco ni una sola vez?  ¿Cómo era que se elegía a las personas?    
       ¡Increíble! Hasta el día anterior tenía todo claro y ahora no recordaba nada. Se había recibido con las mejores calificaciones  pero en el momento de llevar  sus conocimientos a la práctica  parecía que jamás hubiera  pasado por una Escuela de Cupidos.  
       Para tranquilizarse un poco decidió   sentarse sobre la rama de un árbol y esperar. Tampoco  había necesidad de empezar  a tirar flechas aquí y allá, desesperadamente.
       Poco después Hitoshi reparó en un hombre que parecía apesumbrado. Estaba sentado en  un banco  y sostenía su cara  con las manos, mientras  miraba fijamente , como si no pudiera  apartar de  su mente  un pensamiento triste.
(...)
       Hitoshi... se dispuso a flecharlo. Extendió  el arco, colocó  una flecha, apuntó y soltó la cuerda...
       La flecha voló en línea recta pero  ¡pasó rozando la espalda del señor! Y fue a parar al puesto de comida  que estaba  unos metros más allá, donde se clavó en una milanesa.
       Hitoshi tomó otra  flecha y trató de apuntar mejor. Esta vez, por suerte,  la flecha voló directamente  hacia el pecho  del hombre y se clavó en su corazón.
(...)
      El hombre se paró de golpe  con una  espléndida sonrisa dibujada en su cara y los ojos llenos de entusiasmo.
       "Qué lindo es este trabajo", -se dijo Hitoshi-. "Parece mentira, ese hombre  estaba triste  y ahora es feliz. Sólo me falta  encontrar a la mujer indicada para él".
         Pero se equivocaba.
        Con pasos rítmicos, como si bailara  un vals, el hombre  se dirigió al  puesto de milanesas  y le señaló una al vendedor. La pagó y, para espanto de Hitoshi,  que siguió la escena  aleteando sobre su hombro, la llevó a pasear por el parque....


 CONTINUARÁ...

EN LA PRÓXIMA CLASE DE LITERATURA...